COLUMNA
ITACATES CULTURALES
Araceli Camacho Ramos
Uno de los aspectos que puede presumir el Estado de México, es la riqueza cultural que posee a lo largo y ancho de sus límites territoriales. Dividido en dieciséis regiones socioeconómicas, los 125 municipios abastecen de innumerables manifestaciones y expresiones culturales que van desde los recursos arquitectónicos, la gastronomía, las tradiciones, las costumbres, y un sinfín de elementos que serían imposibles de enumerar en este momento por motivos de espacio.
Imaginemos la región V. Ecatepec, en la que se encuentran municipios como Teotihuácan, en el cual se yerguen las majestuosas ruinas de la pirámide del sol y la luna; y qué decir de Acólman, que alberga el convento de San Agustín de estilo plateresco y digno representante del siglo XVI, que dentro de sus paredes resguarda importantes obras para los amantes del arte.
Y si lo que quieres es deleitarte con la gastronomía, qué te parece un rico consomé de borrego y unos tradicionales taquitos de barbacoa en el pintoresco municipio de Capulhuac; y ya que estás en la región VII, denominada Lerma, te encontrarás con el municipio de Santiago Tianguistenco, que además de contar con el tianguis más importante de esa región y que se lleva a cabo los días martes, alberga un pueblo característico por su artesanía, Gualupita Yancuitlalpan, en donde se realizan hermosas confecciones en lana, y que incluso es reconocido a nivel internacional por sus famosos sarapes.
Y qué decir de la capital del Estado, Toluca la Bella, municipio que acoge una gran variedad de museos que puedes visitar, tales como: el museo José María Velasco, el museo Luis Nishizawa, el museo de la Estampa, entre otros; además, aloja una de las joyas arquitectónicas y únicas en su diseño plástico, cuyo autor y creador es el célebre artista mexiquense Leopoldo Flores, hago referencia al Cosmovitral, el cual también es un jardín botánico. Por cierto, hablando del tema que este número de Diversus Nexus evoca -la muerte, en esta época de día de muertos además de visitar la ya clásica feria del alfeñique. Si buscas algo más tradicional en esta región, te puedes trasladar a San Antonio la Isla, en donde las manos de artesanos mexiquenses trabajan la madera y crean esos trompos y baleros de colores chillones y algunas otras miniaturas en madera. En esa misma zona no se puede dejar de lado al municipio de Metepec, en donde las creaciones en barro han logrado un reconocimiento no sólo nacional sino internacional; así entre árboles de la vida, nacimientos, soles y lunas puedes llevar a casa bellas creaciones.
Y si nos vamos más al sur, en la región VI de Ixtapan, te encuentras con el municipio del mismo nombre que cuenta con una serie de balnearios en los cuales puedes disfrutar el cálido clima de la región; y ya por esos mismos lares está Malinalco, en el cual puedes saborear una rica trucha que puedes pescar y que te la preparan al gusto; o si prefieres está Tenancingo, que por estas fechas en el poblado de San Andrés Tecomatlán, hornea rico pan de muerto, hermosamente adornado y con una gran variedad de figurillas como perritos, pajaritos, canastas, flores, etc. De paso el aroma exquisito de unos taquitos de obispo, te cautivaran, además, este municipio es cuna de verdaderas obras de arte elaboradas por artesanos de la región, los tradicionales rebozos, elemento que además es parte icónica del ser mexicano, al no poder faltar en el atuendo tradicional de la china poblana, además de fungir como acogedor lienzo con el cual la amorosa madre cobija al pequeño.
Y no puede faltar Sultepec, que además de sus tradicionales galletas horneadas, ofrece un colorido y tradicional paisaje producto de su origen virreinal, al ser uno de los lugares que adquirieron gran importancia por la riqueza mineral que atrajo a los colonizadores y repercutió en la majestuosidad de sus monumentos coloniales; así como también es digno de mencionar sus hermosos parajes naturales como las Peñitas.
En la región norte te encuentras con municipios como El Oro, en donde se yergue el famoso Teatro Juárez, ejemplo del estilo neoclásico francés; además no te puedes perder Jiquipilco que es famoso por la bebida de los dioses, “el pulque”, el cual puedes saborearlo en una variedad de sabores.
No se puede dejar de nombrar a Temoaya y San Felipe del Progreso, que por sí mismos son reconocidos y apreciados, sobre todo, por ser cuna de dos de las etnias más importantes del estado de México, los otomí y los mazahuas respectivamente. Pueblos que albergan un legado cultural incalculable y que va desde aspectos gastronómicos y artesanales, pasando por una serie de prácticas y costumbres, que encierran la cosmogonía que ha sido heredada y resguardada por generaciones.
A partir de lo anterior, surge este espacio en el cual no sólo se busca tener ese enlace y vínculo con el lector, que permita no sólo llenar un espacio más, sino que provoque quedarse con ese gusanito por conocer más de la riqueza cultural de la cual es depositario ese territorio mexiquense. De ahí el nombre de itacates, haciendo referencia en primer término a esa práctica social que aún se acostumbra en algunos poblados, a ponerle al invitado un taquito, el cual éste se llevará a su casa, llevándose de esta forma un gesto con el cual se expresa el aprecio hacia la persona.
Aquí el aprecio está enfocado a esa fuente de tradición cultural que puede servir como pretexto para convivir con la familia, un fin de semana o en vacaciones; sin tener que gastar grandes cantidades de dinero; pero sobre todo llevarse la oportunidad de conocer más acerca de este territorio que está a la vuelta de la esquina.
En breve estaremos en contacto, llevando a tu casa este itacate cultural.