Abajo el Fast fashion:
Alternativas sustentables con el Second hand en México
Brenda Montiel Salgado*
ARTÍCULOS
"A nivel mundial, se compran 80 mil millones de piezas de ropa nueva cada año..."
Pareciera que el fast fashion llegó para quedarse desde la era del hiperconsumo y seguir creciendo ante la insaciable necesidad de los consumidores por prendas a la moda con precios bajos
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Ya lo decía Zygmunt Bauman en su texto La modernidad Líquida (1999), la sociedad es muy acelerada, los vínculos y los productos van y vienen de nuestras manos y así mismo, el valor que le amos es pasajero; la saturación de objetos, productos, hace que la consciencia individual y colectiva vaya muy rápido, desprendiéndose rápidamente de todo y queriendo en ese momento, algo más.
En un contexto global donde todo va muy acelerado en la vida cotidiana, las interacciones sociales, las conexiones y desconexiones en línea con otras personas, las compras de alimentos, los empaques, lo desechable, es tan efímero su uso como el gusto que dura tenerlo; bajo este sentido las grandes compañías nos están dando la vida al consumidor, por ende, una práctica muy recurrente es la del fast fashion.
El término fast fashion, hace referencia a la poca durabilidad que actualmente tienen las prendas, para consumir más sin asegurar buena calidad en su composición, imitando a las colecciones en pasarelas de moda de las casas de diseñadores (Gucci, Channel, Prada, etc), pero a bajos costos al público, igualmente bajo costo en mano de obra y materiales, como poliéster, nylon, rayón y acrílico, algunos derivados del petróleo.
Las grandes tiendas de ropa que se ubican en los centros comerciales, aquella que ofrecen tendencias cada cambio de temporada, son precursoras en la práctica contaminante del fast fashion. Grandes grupos textiles como Inditex, grupo H&M, Primark, son responsables de seguir generando grandes cantidades de ropa a bajo costo, con un grave impacto ambiental y económico. Las tiendas que se desprenden de estas marcas son: Pull and Bear, Zara, Bershka, Stradivarius Forever 21, Victoria Secret; actualmente la marca china de Shein, encabeza el top de ventas en nuestro país, por su accesibilidad en línea e igualmente, maneja precios bajos.
La clave del fast fashion se encuentra en la rotación de las prendas. Cada semana entran nuevos ítems al local y los que no se vendieron, simplemente se rotan hacia otras sucursales, ciudades o países. Esto es fundamental y es una de las claves del éxito de este sistema, ya que el objetivo es crear y aumentar el deseo en el cliente.
A nivel mundial, se compran 80 mil millones de piezas de ropa nueva cada año, lo que se traduce en $1.2 miles de millones de dólares anuales para la industria de la moda.
La desinformación hacía el consumidor y el seguir viviendo bajo el modelo capitalista de consumir sin parar, está afectando al medio ambiente, desde el consumo del agua para la producción de estas prendas, hasta la explotación laboral, en países como China, India y África. De acuerdo a la UNCTAD (Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo), cada año se destinan 93.000 millones de metros cúbicos de agua, un volumen suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas, y que también cada año se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra derivado de la composición sintética de las prendas, lo que equivale a 3 millones de barriles de petróleo, la industria de la moda es responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel global.
Cuando las prendas se descomponen en vertederos terrestres o en los mares, desprenden precisamente de lo que están hechas, esos derivados del petróleo (y que son los mismos de los recipientes desechables), se convierten en micro plásticos, objetos tan diminutos que pueden ser digeridos por las especies marinas y terrestres, intoxicando a los animales y al suelo. Se estima que una persona ingiere al año, lo equivalente a una tarjeta de crédito en plástico, mediante los micro plásticos que están en nuestros alimentos, como los peces que fueron intoxicados en el mar. Todos estos son datos alarmantes que perjudican la salud del ser humano y el bienestar de los animales, ya que no se respeta su hábitat. El plástico es un grave problema, por su producción y mal manejo del residuo, se convierte en un veneno para los seres vivos.
Desde una perspectiva esperanzadora, actualmente están surgiendo movimientos que toman consciencia y prácticas de consumo responsable en el ámbito de la moda, dando un giro sustentable a la forma en que nos vestimos, compramos y le damos uso a las prendas, se le llama second hand, aunque anteriormente también la ropa se le daba más tiempo en su uso con esta alternativa, volvió a tomar fuerza en diversos lugares del mundo, así como en México, por ello el boom de los bazares en línea, en Instagram con mayor presencia y también en Facebook.
Los bazares de second hand buscan las prendas, ya sea en tianguis, lo que le llaman pacas, o conexiones con otros bazares y hacen intercambios, para poder venderla en línea, lo bueno de estas compras es la calidad que aún tienen las prendas, por lo regular se trata de ropa hecha en los años 90, 2000, clasificadas como vintage o retro, las cuales aún se hacían con mejores fibras textiles. Las personas que se dedican a vender de esta forma, ofrecen opciones de envíos nacionales, una vez que las ventas se confirman para enviar lotes de su mercancía, aunque implica el uso de un transporte vehicular, generando huella de carbono, en menor el impacto a un envío internacional, si se tratase de una compra en Shein. Así como existen bazares en línea ubicados en otro estado, también muchas personas crean bazares en su ciudad, lo que ha generado una cadena de consumidores de esta alternativa y más accesible por la cercanía.
La alternativa second hand, o sea ropa de segunda mano, es una manera de disminuir la huella de carbono al momento de inclinarse por este tipo de compras; ropa que ya existe y que alguien más tuvo, pero en vez de tirarla o ser incinerada, se puede reincorporar al mercado, obteniendo otro dueño, alargando la vida de las prendas; esto crea un circulo sustentable de consumo, consiste en: prenda en buen estado, vendedor responsable, consumidor responsable, nuevo uso de la prenda en buen estado. Así mismo, poder cumplir con las 5 R´s, reducir, reparar, recuperar, reutilizar y reciclar.
El pertenecer a esta comunidad de personas preocupadas por el medio ambiente, cuyo objetivo es detener la compra de fast fashion desde su trinchera, emprender como un negocio propio y crear una cadena de compra y venta entre comunidades locales, trae un beneficio económico y ecológico, pues ya no forman parte de la taza de consumidores de las grandes tiendas comerciales, igualmente se define una moda vintage entre esta comunidad.
Cada vez son más las personas que emprenden en los bazares second hand, lo que indicaría una mayor preocupación por los desechos textiles y la consciencia ambiental para evitar compras en grandes centros comerciales, a su vez, aportar sobre este cambio de hábitos y practicas amigables con el medio ambiente.
Dentro de Instagram, muchos bazares se han posicionado con mayores seguidores, siempre presente la idea de cambio y progreso hacía la moda sustentable, algunos de ellos son:
"siempre presente la idea de cambio y progreso hacía la moda sustentable..."
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Modelitos: emprendedora originaria de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Ofrece prendas rescatadas y les da nuevo diseño, hace envíos a toda la república mexicana.
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VaiVai: originaria de Toluca Estado de México, aparte de vender ropa, también sube post informativos sobre su transición al mundo second hand.
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Vintrend Shop: tienda en línea y en físico, originaria de la ciudad de México, su lema es “Re.Use Re.love”.
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Adiós closet: Es un bazar ecofashionista, cuentan con un showroom donde realizan ferias de bazares mensualmente, cuentan con envíos a toda la república mexicana e igualmente, sus ediciones presenciales.
Es evidente que las transiciones de fast fashion a moda sustentable de second hand es posible y viable, en contra de lo establecido dentro del consumismo habitual de las grandes marcas; mientras una prenda reutilizada cae en manos de otras personas y ese ciclo se repita, se generaran menos compras o nulas dentro de estos usuarios de la moda sustentable.
Fuentes consultadas
(Vásquez Cadena, R. et al, (2020), Análisis del consumo de Fast Fashion para aminorar sus afectaciones económicas, recuperado el 1 de mayo del 2021, file:///C:/Users/BRENDA/Downloads/2767-Documento%20principal-16559-1-10-20200828.pdf)
Noticias ONU (2019), Objetivos de desarrollo sustentable, recuperado el 1 de mayo de 2021, https://news.un.org/es/story/2019/04/1454161.
s/n, s/a, Fast fashion como un modelo de hiperconsumo en la moda, recuperado el 1 de mayo de 2021, http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/blog/alumnos/trabajos/15785_15350.pdf .
AUTORA:
* Departamento Editorial