El diseño gráfico es una forma de comunicación visual en el que uno de sus ángulos que tiene para desarrollarse y potenciarse está en contar historias. Ellen Lupton —en El diseño como storytelling— apunta que se trata de examinar la psicología de la comunicación visual desde un punto de vista narrativo, lo cual puede ayudar a que los productos y los mensajes estimulen la imaginación de los usuarios e incentiven acciones y conductas determinadas.
Una buena historia, refiere Lupton, comunica más que la información. Los narradores efectivos transmiten emociones, sentimientos y personalidad. Dan vida a personajes y decorados, lo cual va
más allá de la mera transferencia de datos y hechos.
Hay 3 actos medulares: el primero es la Acción, en la que en el Diseño se trata de pensar por adelantado y predecir futuros posibles. Se estudian escenarios en los cuales los usuarios suelen moverse y desde ello se generan historias que conecten con las audiencias.
El segundo acto corresponde a la Emoción, que refiere a la forma en la que el diseño trabaja con los sentimientos, estados de ánimo y asociaciones. Desde ello se busca desarrollar empatía con usuarios, así como crear soluciones que potencien la vida. Hay un viaje emocional de usuario puede incluir también momentos bajos, con puntos de irritación y enfado que convivan con el disfrute y la satisfacción.
Finalmente, señala Lupton, se tiene como tercer acto la Sensación, la cual se vincula con la percepción y la cognición. ¿Qué sensaciones generan las historias? ¿Qué percibimos de ello y a qué nos remite en cuanto a nuestras ideas? En ello se da un proceso dinámico que crea orden y sentido.
El diseño como forma de comunicación tiene en la narrativa una forma significativa para conectar con los usuarios.
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