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CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA: EL LIBRO Y LA ERA DIGITAL


Araceli Camacho Ramos

 

Hablar del libro nos remonta a una época distante, el medievo, que se caracteriza por ser catalogada como una época obscurantista, por el abandono que se tuvieron de los grandes clásicos y el abanderamiento de la fe como explicación univoca y omnipotente de toda realidad; sin embargo y contradictoriamente dentro de esas paredes que protegían y ocultaban lo que no tenía que salir a la luz, se desarrolló el inicio de una gran industria, la editorial, que de la mano de los monjes fueron desarrollando todo en arte de forma exquisita y minuciosa.


Un ejemplo de ello es el Códice Gigas, creado a principios del siglo XIII por el monje benedictino Herman el Recluso, el Códice Gigas, llamado así por su enorme tamaño, 92 centímetros de alto, 50,5 de ancho, 22 de grosor y pesa 74,8 kilos, es considerado el manuscrito medieval más grande conocido hasta la fecha. En su interior atesora una tenebrosa leyenda que cuenta que fue el propio Lucifer quien ayudó al monje a terminar la obra en una sola noche a cambio de que apareciera su imagen en el libro. (Sadurni, 2021)


Pero, ¿qué es un códice?, se hace referencia a “el formato habitual del manuscrito desde la antigüedad hasta la aparición de la imprenta, destinado a recoger y transmitir los textos y sus ilustraciones e integrado por número variable de hojas plegadas en dos y reunidas en uno o varios cuadernos que se cosían por un hilo a lo largo del pliegue” (Cabanes, 2009, p.16)


Aquí es importante resaltar que es con el también denominado códex, de la aparición de ya un texto encuadernado y que abre la posibilidad a lo que posteriormente será el libro y su industria. Ahora bien, en ese entonces los soportes eran principalmente tres, el papiro, el pergamino y el papel; su uso fue variado durante la Edad Media, sin embargo, se puede mencionar que el segundo fue al que se le ponderó.


More details Papyrus (P. BM EA 10591 recto column IX, beginning of lines 13–17

Según Peñuelas (2021) el papiro o cyperus papyrus, fue utilizado a principios de la época medieval, pero su utilización fue escasa, el autor señala que eso evidenciaba su falta de conocimiento de su utilización para componer el libro o la página que era algo que dominaba la cultura egipcia, éste fue utilizado sobre todo para documentos y manuscritos literarios, de éstos solo se conservan cinco ejemplos, resaltando De Trinitae de San Hilario del siglo VI y Antichitá Giudaiché de Giuseppe Flavio del siglo VIII. Es importante destacar que la forma por las características físicas (fragilidad, liviandad, delgadez e incapacidad para doblarse del papiro) era el rollo.


Con respecto al papel, ya se sabe que su origen se da en China, y según Cabanes (2009) constituyó una importante alternativa, al menos en lo concerniente a libros de uso y estudio, o a ciertos manuscritos cuyo valor simbólico o formal no eran de importancia; sin embargo, su uso en realidad se popularizó con la llegada de la imprenta.


Ahora bien, el pergamino es elaborado por el Percamenarius, con piel de animal (oveja, cabra, ternero, cordero, ciervo, cerdo y en raras ocasiones de liebre y ardilla), y su utilización pública se le atribuye la biblioteca del Rey Eumenes de Pérgamo. La etimología del libro con forma de códice puede remontarse a acudes, tronco de árbol o corteza, o a goda, que es tabla. Este diseño consistía a grandes rasgos en el doblez del pergamino en cuatro hojas, formando un cuadernillo, de ahí su nombre, luego se uniría a otros cuadernillos que tenían la continuación de lo escrito en el primero, por medio de la costura, formando el volumen. (Peñuelas, 2021)


El pergamino, al ser un soporte flexible, pero sólido trajo consigo grandes ventajas y cambios, como menciona Cabanes (2009) entre las más importantes, permitía ser doblado y cosido entre sí, permitía un fácil manejo y rápida localización, las dimensiones regulares de sus páginas facilitaban la distribución del texto; así como de las ilustraciones. Además, la lectura fue más cómoda. En su elaboración intervenían diversos artesanos, desde los copistas, el corrector, el rubricador, el letrista, el iluminador, etc.


Con la llegada de la imprenta, la popularización del libro se expandió y con ello la reproductibilidad del mismo gracias a la evolución de la tecnología en la impresión de los mismos, llegó a encumbrar al libro impreso como la fuente de consulta más importante; sin embargo, con la llegada de la convergencia digital, el libro enfrentaría un nuevo reto, pues los nuevos soportes augurarían la muerte del libro impreso, esto en los inicios del presente siglo.




Las plataformas como Kindle Unlimited, Scribd, Nubico, etc., ofrecen la posibilidad de descargar e-books, entre las ventajas que se mencionaba podía tener este formato son: menor precio y mayor portabilidad, aspectos que orillaron a repensar el futuro del libro impreso, incluso hubo quien aún en la actualidad anuncia cada vez más cerca la muerte de éste.




Al respecto, y después de ya avanzadas casi tres décadas del presente siglo, el libro impreso sigue vigente y la industria editorial a reserva del confinamiento derivado del COVID-19, ha ido en incremento. Como lo muestran los datos proporcionados por Statista (2023), quien nos muestra los Ingresos generados por la industria del libro a nivel mundial entre 2017 y 2023, al igual que una prospectiva de 2027, en donde se ve la gran diferencia entre el libro impreso, el libro digital y que pone en la línea de salida la emergencia del audiolibro que va ganando terreno.


Ingresos generados por la industria del libro a nivel mundial entre 2017 y 2027, por formato (en miles de millones de dólares)




Fuente: Statista 2024

Lo anterior pone en tela de juicio la idea de la muerte del libro impreso, como una crónica anunciada y que más bien plantea la posibilidad de una coexistencia entre los diferentes formatos dentro de la industria editorial. Sobre todo, con las nuevas facilidades que están emergiendo gracias al desarrollo de las tecnologías digitales y que ofrecen la posibilidad de la autopublicación, sin la necesidad de la intermediación de una editorial, ejemplo de ello son: Kindle Direct Publishing (Amazon), CreateSpace (Amazon), Buboc, Lulu, entre otras.


Lo cual suena bastante atractivo y ofrece grandes ventajas, sobre todo si eres un escritor independiente o eres poco conocido, ya que hasta hace algunos años, sí un autor que quería publicar un libro tenía 2 opciones: recurrir a las grandes editoriales, esperando que aceptasen su obra y le diesen difusión, o invertir sus ahorros en autopublicarse, lo cual resultaba bastante costoso, además de que corría el riesgo de ser una inversión infructuosa al quedarse con los ejemplares, derivado de la falta de canales de difusión con los que una editorial ya cuenta.


Si bien es cierto que la autopublicación ofrece grandes ventajas y posibilidades para ampliar la oferta editorial, la industria editorial y el libro no están del todo a salvo, pues con la llegada de la IA (Inteligencia Artificial), se hace cada vez más visible una problemática que está estrechamente relacionada con la autopublicación, los libros publicados por bots. Wired (2023) menciona que no está claro cuántos libros generados por IA están actualmente a la venta en la plataforma Kindle Direct Publishing, que es a la vez la mayor vendedora de libros del mundo y el proveedor del sistema de autopublicación más popular.


De tal forma que, con el uso de la IA, se originan problemas como robo de propiedad intelectual o en el menor de los casos textos de baja calidad. Finalmente, habría que plantear los nuevos retos a los que se enfrenta la industria editorial, más allá la crónica anunciada de que el libro pueda morir, y que se pensaba que era una cuestión de cantidad, puesto que se tenía la idea de que el libro impreso dejaría de ser producido y sería sustituido por el digital, la realidad refleja un panorama diferente y obliga a repensar esa crónica, pero no en torno a la cantidad, sino a la calidad de los mismos. Habría que cuestionar la pérdida de ese arte (industria editorial) que inicia con esos copistas, iluministas, etc. que imprimían su sello en cada una de esas magníficas obras y que ahora fácilmente puede ser borrado o copiado y plagiado.





 

 

Referencias:


  • Cabanes Pecourt, M. D. (2009). Documentos de Jaime I relacionados con Aragón (FHA 50). Institución Fernando el Católico.https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/20/11/03cabanes.pdf

  • Peñuelas Carrillo, L.E. (2021). El diseño del libro en la Edad Media. Biblos Virtualia. (PDF) El diseño del libro en la Edad Media | Luis Enrique Peñuelas Carrillo - Academia.edu

  • Sadurni J.M. (2021). Leyendas Medievales. National Geographic. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/codice-gigas-manuscrito-que-fue-escrito-por-mismo-diablo_17009     

  • Viñas, S. (2021). 7 autores de éxito explican cómo ha cambiado la forma de publicar libros los últimos años: de depender de una editorial a la autopublicación. En Business Insider. https://www.businessinsider.es/ha-cambiado-forma-publicar-libros-ultimos-anos-826309

  • Wired. (2023). Amazon podría etiquetar libros escritos por IA, pero se resiste, dicen expertos. https://es.wired.com/articulos/amazon-podria-etiquetar-libros-escritos-por-ia-pero-se-resiste-dicen-expertos

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