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Disparadores investigativos en el campo periodístico: Tomás Eloy Martínez y la conexión con Rodolfo Walsh

Por: César Gabriel Figueroa Serrano

 
- Gonzalo Martínez

Tomás Eloy Martínez (2001) ha señalado que la narración literaria puede ser una estrategia periodística al buscar que el lector identifique los destinos ajenos con su propio destino. Narrar es una de las formas de preservar la memoria, también una forma de cuestionar a la realidad y una forma de entender al otro. No por eso es extraño, señala el autor argentino, que los verbos narrar y conocer tengan una misma raíz de origen: gnâ, del sánscrito y que significa conocimiento.




Tom Wolfe (2001) planteaba que el nuevo periodismo podría implicar una vinculación entre literatura y periodismo al dar un tratamiento estético, un enfoque literario, a lo que se investigaba en términos noticiosos. Literatura con nombres reales o literatura de la no ficción como también se llegó a nombrar. Tomás Eloy Martínez amplía un tanto la visión en ese sentido, ante todo si permanece ese diálogo entre realidad y literatura.


Sin perder este vínculo, me interesa destacar también la perspectiva investigativa, particularmente los disparadores para la generación de la historia. Por ello es que en este texto se establece una conexión entre Tomás Eloy Martínez, en Santa Evita, y Rodolfo Walsh, en Operación Masacre.


¿Cuál es el disparador para una historia? Tomás Eloy Martínez perseguía los rumores sobre el cadáver andante de Eva Perón; Rodolfo Walsh, sigue la historia de un “muerto” que vive, un fusilado clandestinamente —por uno de los gobiernos militares en Argentina a mediados del siglo XX— que logró sobrevivir.


Tomás Eloy Martínez (1995), en el capítulo 3 de Santa Evita, Contar una historia, apunta que, a medida que se hundía en documentos, descubría que los cadáveres no soportaban ser nómadas. Tomás Eloy rastreaba las rutas del cuerpo embalsamado de Eva Duarte y descubría que las almas tienen hábitos, ganas de estar solas. No les gusta que se les saque de la rutina de la eternidad. Pero al mismo tiempo, les gusta ser narradas, “tatuadas en las rocas de la eternidad”.


En ese capítulo, Eloy Martínez da cuenta de su rastro de sombras, la búsqueda de un cuerpo perdido. Fueron años de acumular documentos, rastreando entre lo indecible, entre el mito, los amores y los odios. Entre el caos y la fiebre, Eloy Martínez rememora cómo se le escurrían tramas, corrían personajes y voces “sólo para explicarme que lo histórico no es siempre histórico, que la verdad nunca es como parece. Tardé meses y meses en amansar el caos”.



Por otro lado, Rodolfo Walsh y uno de sus libros más emblemáticos: Operación Masacre. En él relata un fusilamiento ilegal de civiles en un suburbio de Buenos Aires. Era el año 1956, había una sublevación de los generales Tanco y Valle contra el gobierno que destituyó a Perón en septiembre de 1955. El levantamiento fue reprimido brutalmente. Walsh cuenta cómo, en un suburbio bonaerense, unos hombres fueron fusilados; aunque algunos escaparon a la muerte. Se habían reunido para escuchar una pelea de box, pero fueron confundidos con conspiradores. En 1957, Walsh investigó estos hechos (Bayer,2002).


Bayer (2002), en el prólogo de Operación Masacre, apunta cómo Walsh conoció de la historia a través de un rumor en una cantina bonaerense. Escuchó sobre un fusilamiento y que uno de los ejecutados se había salvado. En su investigación, Walsh descubrió que había más de un sobreviviente. Al concluir la historia, al principio nadie se la quería publicar. Etapa en la que Walsh sintió un poco de frustración, suponía que una historia con un muerto que hablaba, se la iban a pelear las redacciones, pero no fue así. Finalmente, con muchos esfuerzos y valentía de los editores, la historia se publica. Operación Masacre se convierte en un texto emblemático.


En ambos casos se presentan esos recorridos que convierten a los autores también en personajes que buscan la resolución de un enigma. Rodolfo Walsh no existe, dice Osvaldo Bayer (2002, p.12), “es sólo un personaje de ficción. El mejor personaje de la literatura argentina. Apenas un detective de una novela policial para pobres que no va a morir nunca”. Y por su parte Eloy Martínez que, durante la elaboración de su libro, fue advertido de un riesgo latente: “Si usted va a contar la historia, tenga cuidado. Cuando empiece a contarla, no va a tener salvación”. El autor detrás de un enigma, el proceso de creación de literatura como literatura en sí misma.



 

REFERENCIAS


Bayer, Oswaldo. (2002). Prólogo. En Operación Masacre. Rodolfo Walsh. Ediciones de la Flor.

Buenos Aires, Argentina.


-Martínez, Tomás Eloy. (2001). El periodismo y la narración. En revista quincenal Cambio, año I,

número 29 (23/dic/01-5/ene/02). México D. F. Editorial Televisa. Pp.66-72.


_______. (2000) Ficciones verdaderas. Hechos reales que inspiraron grandes obras literarias. Buenos

Aires, Argentina. Editorial Planeta.


_______. (1995). Santa Evita. Seix Barral. Barcelona.


Wolfe, Tom. (2000) El nuevo periodismo. Anagrama. Barcelona 8ª edición.


Walsh, Rodolfo. (2002). Operación Masacre. Ediciones de la Flor. Buenos Aires, Argentina.

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