Pasión: regla número uno, que sea un tema que te guste, te apasione; sí elijes el tema porque fue el primero que se te ocurrió, o porque ya lo tenías que entregar o porque mi amigo también lo escogió; déjame decirte que tu investigación tiene un 95% de probabilidades de fracasar.
Disciplinariedad: la cual tiene que ver con la pertenencia del tema al campo de la disciplina que estudias. No quieras escoger el estudio del reino fungi, cuando estás estudiando ingeniería en computación. El tema debe estar dentro de los parámetros del objeto de estudio de tu disciplina.
Relevancia: un aspecto difícil de obviar, la importancia puede ser desde la trascendencia social o académica de lo que se va a investigar, normalmente la pregunta a la que responde es ¿por qué es importante?
Actual: Aunque no es un requisito como los demás aspectos, puede resultar útil porque puede ser que el tema sea en ese momento algo que está atrayendo la atención de la sociedad. Aquí lo importante es diferenciar la moda de la actualidad, lo primero va a pasar y lo segundo trasciende.
Viabilidad: Hay temas que parecen espectaculares, pero cuando vamos pensando en cómo se va a llevar a cabo, tanto en recursos humanos, como materiales, se da uno cuenta de que tal vez no es posible llevarlos a cabo. Entonces, es fundamental considerar este aspecto.